Entrevista Dr. Francesc Xavier Díaz Carrasco, Coordinador Nacional del Grupo de Trabajo de Niño y Adolescente de SEMERGEN.

-   ¿Cómo afecta, a los niños y jóvenes, la “vuelta al cole”?

La “vuelta al cole” después de las vacaciones de verano, es un momento de estrés que afecta a niños y jóvenes. Supone un cambio de hábitos y rutinas que, normalmente, en vacaciones se han visto alterados, ajustándose más a las necesidades e intereses de los niños y jóvenes, y no tanto a las obligaciones que implican ir al colegio. Esto se hace más evidente en los niños de tres años que acuden por primera vez al colegio y también afectará a los que cambian la primaria por el instituto.

-   En concreto, ¿a nivel mental cómo les influye?

El regreso al cole puede provocar sentimientos de ansiedad, apatía e irritabilidad. Un 4% de niños y adolescentes presentan problemas psicosomáticos como dolores abdominales, náuseas, vómitos o cefaleas. Aunque se trata de un malestar pasajero que afecta a los niños en los primeros días de clase y que normalmente no se traduce en ningún problema de salud, la mejor manera para evitar en los niños y jóvenes este sentimiento es la prevención.

-   ¿Qué consejos se pueden dar para que se sobrelleve de la mejor manera?

Para sobrellevar de la mejor manera la vuelta al cole podemos aconsejar que en los días previos al final de las vacaciones, debemos ir adaptando su horario con el fin de habituarse paulatinamente al que tendrán en el curso escolar.

Debemos transmitir a los hijos emoción por el encuentro o reencuentro con los compañeros del colegio o instituto y el entusiasmo por esta nueva etapa, haciéndoles ver que la vuelta al colegio es un aliciente y no un trauma o motivo de angustia.

En los niños más pequeños debemos favorecer la relación con otros niños invitando a algún amigo a casa o acudiendo al parque habitual después del colegio.

- ¿Qué importancia tiene para este colectivo (niños y jóvenes) el tener un orden y una rutina?

Tener un orden y unas rutinas es primordial para este colectivo. Debemos fomentar las rutinas en los niños creándoles unos hábitos con un orden, que con el tiempo serán las bases de valores como la disciplina y la responsabilidad. La creación de hábitos es crucial para el desarrollo integral del carácter de los niños, así como el afianzamiento de sus emociones, aumentando y favoreciendo el desarrollo de la autonomía, generando seguridad y estabilidad. También favorece un ambiente de tranquilidad, predecible y por lo tanto baja los niveles de incertidumbre y ansiedad.

-   El tiempo de vacaciones les proporciona, entre otras cosas, una mayor sensación de libertad con la ausencia de horarios rígidos. ¿Cómo hacer que los niños recuperen las rutinas de sueño?

Una de las rutinas que se debe retomar para preparar a los niños para la vuelta al cole es el sueño. Será necesario irse a la cama temprano para tener las horas suficientes de descanso y levantarse con energía, que es fundamental para su rendimiento académico y el resto de las actividades que componen su rutina diaria, como la práctica de deportes u otra actividad extraescolar.

Adelantar en las vacaciones la rutina de enviarlos a la cama temprano y que se levanten como si fuese un día de clases les ayudará a adecuarse sin traumas al horario otra vez.

También una buena estrategia es preparar actividades en las que el esfuerzo físico sea clave. Así, al caer la noche, el cansancio natural llevará a los niños a la cama a buena hora y ellos disfrutarán de un buen período de descanso.

Al día siguiente, se levantarán temprano nuevamente. Poco a poco habrán habituado a su cuerpo a los tiempos requeridos para cumplir con la jornada escolar.

-   ¿Qué efectos positivos tienen las vacaciones para su salud?

Las vacaciones tienen muchos efectos positivos para la salud, disminuye el nivel de estrés que se ha generado durante todo el año, por el colegio y numerosas actividades extraescolares que realizan los niños y jóvenes. Se favorece la circulación sanguínea, se estimula nuestro sistema inmunológico, mejoran nuestro estado emocional y mental.

-   ¿Es necesario este tiempo de desconexión?

Podemos decir que si, este tiempo de desconexión es necesario para los niños y jóvenes para su correcto desarrollo, desconectar del colegio, hacer actividades distintas, dormir un poco más, visitar otros lugares y aprender en un entorno natural es estimulante para el cerebro.

-   Hay algunos expertos que afirman que, tras este tiempo de descanso, para muchos niños puede suponer un trauma regresar a clase. ¿Cómo se les puede ayudar y qué consejos se pueden dar para superar esta situación?

Es cierto que para algunos niños el regresar al colegio les puede ocasionar algún trastorno, pero suele ser pasajero. Este malestar suele durar entre una semana y 15 días, pero como hemos ido diciendo en anteriores preguntas, podemos minimizar este trance o sobrellevarlo con prevención, es decir empezando a recuperar los hábitos y rutinas unos 15 días antes del inicio escolar.

También durante los primeros días al acompañarlos camino al cole, debemos evitar las prisas y presiones. Al llegar a la escuela es mejor optar por una despedida cariñosa y breve que convenza al niño de que entra en un entorno seguro. A la salida del cole debemos mantener una actitud cariñosa pero serena y desarrollar un espacio de confianza para que el niño se sienta cómodo para compartir anécdotas, posibles dificultades y pedir apoyo en el caso de estas últimas.

Por último, debemos involucrar al niño y jóvenes en preparar su material escolar.

-   ¿Cómo se les puede ayudar para que vuelvan a coger el ritmo del rendimiento académico?

Al igual que intentamos recuperar la rutina del sueño, también hemos de ser capaces de coger el ritmo de estudio. Durante la última semana de vacaciones debemos dedicar una o dos horas a realizar ejercicios, repasar algunas materias o simplemente leer. Pero hubiese sido más recomendable haber dedicado unas horas semanales a realizar deberes durante las vacaciones para contrarrestar el ocio pasivo.

- ¿Alguna otra aclaración que quiera precisar?

Si, la vuelta al cole constituye una oportunidad para consensuar y replantear las reglas y normas sobre el uso de internet, televisión y videoconsolas, que se ha podido relajar durante las vacaciones.