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Artículo subido el 20/09/2018
Los gases afectan afectan a la calidad de vida de los que los padecen.

Qué son? Qué alimentos evitar o disminuir? Qué remedios naturales son más efectivos? Qué comer? Cómo disminuir los gases?

Todos a lo largo de la vida sufrimos de los gases. Eructar por la boca o expulsarlos por el ano es algo normal, de hecho se pueden evacuar entre 14 y 23 veces al día. Es algo tan habitual que empieza a formar parte del día a día, pero cuando la flatulencia resulta incómoda puede afectar a la calidad de vida.  No se puede calcular el número de personas que sufren estas molestias ya que no se considera una enfermedad, no obstante, cuando las molestias son más serias y constantes hay que acudir a un médico.

 

Los síntomas más comunes que pueden indicar que se tienen gases intestinales son: barriga hinchada, malestar gástrico, acidez en el estómago, pesadez, puntadas en el pecho (de ahí que algunos en un ataque de pánico consideren que el corazón es el afectado), eructos frecuentes.."La mayoría de los eructos se producen por tragar aire en exceso. Este aire se acumula en el esófago y se libera así", según explica Mercedes Ricote, médica de Familia y coordinadora del Grupo de Trabajo de Digestivo de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). Estas señales muestran cómo los síntomas varían y eso depende de la persona y del tipo de dolencia que sufre cada uno. No siempre son los mismos, ni se dan todos.

 

La situación se vuelve preocupante e indica la necesidad de acudir al médico de cabecera o expertos cuando "los síntomas no mejoran haciendo cambios simples en la dieta. Y siempre que se asocien a signos y síntomas que podrían indicar un trastorno digestivo. Estos síntomas son: diarrea, dolor abdominal intenso y persistente, heces con sangre, cambios en el color o en la frecuencia de las heces, adelgazamiento no intencional, molestia en el pecho y pérdida de apetito o sensación de saciedad rápida", señala Mercedes Ricote.

 

En medicina estos trastornos, que se producen en el intestino, son conocidos como meteorismo, según la Fundación Española del Aparato Digestivo. La institución lo define como "el gas intestinal que proviene de la ingesta, es decir, de lo que comemos o de la forma en que lo hacemos, de la fermentación de alimentos en el colon (las bacterias del intestino degradan los alimentos pudiendo formar gas) o de la difusión de determinados gases desde la sangre al intestino".

Aunque no se puede calcular la cantidad de gente que acude a los centros de salud por estas molestias, lo que sí es visible es el número de personas que toman conciencia y piden ayuda de un experto en el aparato digestivo o nutricionista."Hay una gran cantidad de personas que acuden a nosotras por molestias a nivel digestivo, ya sean gases o malas digestiones. Haciendo pequeñas correcciones en su alimentación un porcentaje elevado mejora su sintomatología", afirma la dietista Clara Muñoz Puig.

¿Qué alimentos evitar o disminuir?

Las nutricionistas coinciden en que "hay ciertos alimentos que a las personas propensas a padecer gases suelen sentarles más pesados y darles más molestias" y por ello recomiendan dejar o disminuir el consumo de los siguientes: -Verduras: la col, la coliflor, el brócoli, las legumbres, la calabaza, las cebollas y los espárragos. - Frutas: las peras, las manzanas y los melocotones. - Los cereales enteros o integrales y el pan. - Las bebidas: refrescos con gas, la leche y sus derivados como el queso o el helado. - Los alimentos ultraprocesados y/o preparados: los que contienen lactosa y los alimentos dietéticos y sin azúcar. - Los alimentos que contienen mucha grasa: la bollería, carnes procesadas, fritos, etc. - Reducir todos que contengan edulcorantes (especialmente los polialcoholes) porque un abuso de ellos pueden provocar gases e incluso diarreas.

 

¿Qué remedios naturales son más efectivos?

Aunque las legumbres se encuentran entre los alimentos a los que hay que evitar, debido a sus beneficios Casablanca recomienda "que se cocinen con alimentos carminativos, es decir, que ayudan a expulsar los gases, como el comino, el hinojo o el laurel". "También se pueden tomar trituradas, eliminar la piel o germinarlas, para hacerlas más digestivas, evitando así los gases", aconseja la nutricionista. En lo que coinciden todos es que las infusiones más efectivas para disminuir estos gases son la manzanilla, el hinojo, tila, alvia, la menta y la hierbaluisa. Algunos condimentos y especias carminativas como la hierbabuena, comino, el orégano, el laurel, el anís verde, el anís estrellado, el cardamomo o la canela reducen la formación de gases. Se recomienda usarlos para cocinar verduras y legumbres.

 

¿Qué comer?

"Lo principal es comer alimentos sin procesar, comida real (frutas y verduras, legumbres, carnes, pescados, huevos, frutos secos...)", recomienda Casablanca. Existe una creencia de que las legumbres y ciertas verduras, que por contener más fibra son buenas para la digestión y lo cierto es que asimilar estos alimentos puede empeorar la situación. Depende del organismo de cada uno y de las alergias que tenga. La mejor forma de tomar el grano es en "forma de tofu, pasta de legumbres (lenteja, guisante, garbanzo...) o usar otras más digeribles, como lenteja pelada o lenteja roja", según la experta. En cuanto a la cocción, la de las verduras debe hacerse hasta que estas "sean más digestibles" en lugar de tomarlas en crudo, sobre todo por la noche, "momento del día que suele ser más complicado" para muchas personas que padecen gases.

 

¿Cómo disminuir los gases?

Tomar mucha agua es clave. La correcta hidratación favorece el proceso de digestión y mantenerse activos durante todo el día. Si va al trabajo, a la universidad, al colegio, lleva siempre una botella de agua y procure rellenarla para tener en mente esa obligación. Hacer ejercicios físicos es algo necesario para mantener una salud equilibrada. Y para estas molestias se recomienda "un paseo después de comer". Esta puede ser una buena solución, de esta manera estos gases se expulsen de forma natural y no molesten. Finalmente, cuando ya no sirve de nada todo lo anterior, lo recomendable es acudir al médico. Los tratamientos que se siguen, normalmente, en este tipo de situaciones son los farmacológicos. Son los "derivados de la simeticona o dimeticona, espasmolíticos, procinéticos y fármacos ansiolíticos o antidepresivos a bajas dosis pueden ayudar a resolver el problema. Pero estos deberán ser pautados por su médico", explican desde SEMERGEN.