Los avances médicos han logrado aumentar la supervivencia de pacientes de edades más tempranas con enfermedades que hace pocos años eran letales.
Una enfermedad crónica es aquel proceso de afección que se caracteriza por tener una larga evolución y, por lo general, una evolución lenta. Habitualmente, la cronicidad y la aparición de una situación pluripatológica es más frecuente en pacientes de más edad, debido a la mayor probabilidad que tienen de sufrir comorbilidad o más carga de patologías crónicas. Sin embargo, esta tendencia está cambiando.
En ello coinciden desde el ámbito profesional, que ven con más asiduidad cómo llegan a las consultas y servicios sanitarios un mayor volumen de pacientes de edades más tempranas, incluso población pediátrica, con enfermedades crónicas.
Antes de abrir su consulta en el servicio de Urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), el Dr. Jesús Santianes Patiño nos atiende para tratar este asunto. “Es cierto que en poblaciones jóvenes, hay más enfermedades crónicas”, lo confirma desde un primer momento. No obstante, tampoco tarda en subrayar que la causa de esta circunstancia se debe entender como “un éxito del sistema sanitario”.
El también coordinador del grupo de trabajo de Cronicidad y Dependencia de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) expone que “gracias a la mejora del sistema y del desarrollo de fármacos” se ha conseguido “transformar esas patologías agudas, que antes eran letales, en enfermedades crónicas”. Por ejemplo, “un niño de 6 años que debuta con una diabetes de tipo 1, hace unos años podía morir pero ahora, va a ser un enfermo crónico gracias a la insulina”.
MAYOR USO DE RECURSOS
Esta visión optimista, que redunda en el éxito del desarrollo de la ciencia y la medicina, no oculta el reto que supone para garantizar la sostenibilidad del sistema. De hecho, a día de hoy la atención a las patologías crónicas concentran un mayor uso de recursos sanitarios, hasta seis veces más que la atención a pacientes con menos cargas patológicas.
El Dr. Santianes Patiño detalla las cifras, citando estudios de políticas de gestión de recursos. “El 80% de las consultas de Atención Primaria están relacionadas con patología crónica; entre el 35-40% de los pacientes que acuden a servicios de urgencia hospitalaria, su motivo de consulta está relacionado con la cronicidad; y hasta el 60% de los ingresos hospitalarios van a deberse a complicaciones de estas patologías”, expone. Todo ello, añade, “va a suponer que el 70% del gasto sanitario esté relacionado con patologías crónicas”.
MÁS PREVENCIÓN Y EDUCACIÓN SANITARIA
Para evitar el colapso del sistema, existen ya soluciones encima de la mesa, algunas de las cuales están recogidas en la actualización de las líneas de actuación de la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad en el SNS, recientemente evaluada. Las más viables son el refuerzo de la prevención, de la promoción de la salud, de la educación sanitaria y del control de los factores relacionados con el desarrollo de estas enfermedades.
El coordinador de Cronicidad y Dependencia de Semergen defiende que el control de los factores de riesgo y de los estilos de vida “van a ser intervenciones muy cortoeficientes de cara a disminuir este consumo de recursos”. En este sentido, incide en la prevención: “una vez que la enfermedad la tenemos presente, hay que controlar los desencadenantes que pueden modificarla para evitar exacerbaciones”.
Por otra parte, insiste en la importancia de “mejorar” la educación sanitaria y llevar a cabo una “correcta” promoción de la salud para evitar mayores complicaciones. “Con ello, podemos ser capaces de reducir el número de consultas en atención primaria, el número de ingresos hospitalarios o un mayor gasto en fármacos”, reitera.
Precisamente sobre la educación sanitaria apunta el margen de mejora que queda por recorrer en España. “Hay que empezar desde la base, en los propios colegios, para los niños. Afortunadamente, cada vez hay más colegios con la figura de la enfermera escolar que van a hacer esa función de promover los hábitos saludables desde la infancia”. No obstante, aún son pocos en comparación con el volumen de centros que hay.
Y, a continuación, se continuaría por la divulgación desde la Atención Primaria, a través de un “trabajo conjunto y continuado de médicos y enfermeras”. Este nivel, sin embargo, sufre problemas crónicos que le impiden desarrollar otros trabajos. “Tenemos los problemas de siempre. El tiempo y la sobrecarga asistencial, que ha empeorado con la Covid-19 y la sobrecarga del sistema. La educación sanitaria y la promoción de la salud se han podido ver afectados, quedando relegados”.
NO PASAR EL UMBRAL DE DEPENDENCIA
Finalmente, el Dr. Santianes Patiño plantea “cortar el círculo vicioso” que encadena la cronicidad con un estado de fragilidad del paciente y pasar el umbral de la dependencia. “El objetivo es que el paciente crónico pueda mantener su situación de independencia funcional el mayor tiempo posible. Si pasa a ser dependiente, aumentará la tasa de complicaciones, los efectos adversos y también los gastos sanitarios y sociosanitarios asociados al cuidado de personas dependientes”, concluye.
Fuente: CONSALUD y SEMERGEN