Mantener una buena línea de comunicación con los niños y adolescentes es fundamental para evitar cualquier problema con la salud mental de los jóvenes, por lo que su núcleo más cercano juega un papel principal como factor protector.
Desde que se inició la pandemia mundial por COVID-19, la salud mental de los niños y adolescente se vio mermada por una serie de cambios muy bruscos en sus hábitos diario, que impidió el desarrollo óptimo de sus necesidades sociales.
Para analizar y dar las claves de alerta de un trastorno en la salud mental de nuestros jóvenes, se ha realizado una mesa sobre este tema en el marco del 43º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
En esta sesión científica, se ha puesto de manifiesto la importancia de conocer la reacción del niño o adolescente con un trastorno mental ocasionado por el confinamiento, "para poder determinar las pautas , seguimiento y recomendaciones para el paciente y la familia", señala la doctora Edna Mariella Cama Meza, ponente y miembro del Grupo de Trabajo de Niño y Adolescente de SEMERGEN.
El estrés, el miedo y la incertidumbre que genera la pandemia del COVID-19 pueden desgastar a cualquiera, pero para los niños y adolescentes puede ser aún más devastadora emocionalmente. El confinamiento ha hecho que se disparen las consultas relacionadas con la Salud Mental en los jóvenes, dándose los principales casos en familias desestructuradas y padres con patologías psiquiátricas.
Un desconocimiento de los síntomas por parte de los primogenitores agrava la situación, pues, como indica el doctor Francesc Xavier Díaz Carrasco, ponente y coordinador del Grupo de Trabajo de Niño y Adolescente de SEMERGEN, "si los padres no logran identificar a tiempo los signos de alerta, se pierde el factor protector de estos por lo que aumenta de manera significativa las adicciones y empeoran las patologías mentales".
Según una encuesta realizada por el CIS sobre los efectos psicológicos de la pandemia muestra, que el 52,2 % de los padres que han convivido con sus hijos menores ha percibido cambios en su forma de ser. El 72,7 % de ellos asegura que estos han mostrado "cambios de humor" y un 30,4 % "cambios en el sueño". Para prevenir estas situaciones, es necesario que los profesionales sanitarios tengan un conocimiento estrecho de las patologías mentales y sean capaces de detectarlas. Del mismo modo, el núcleo más cercano del joven "debe de saber identificar los síntomas que pueden ser el inicio de una patología mental, por lo que es de vital importancia que lo consulten a su médico de familia", destaca la doctora Cama.
Ante estas señales de alerta, acudid cuanto antes al médico de familia: